Cierre forzoso de los campos para personas refugiadas en Kenia

Por Dana Krause, Jefa de Misión de MSF en Kenia.
El reciente llamado de Kenia a cerrar los campos para personas refugiadas en el país, sin ofrecer soluciones alternativas, tendrá un impacto devastador en las comunidades de refugiados. Crea más incertidumbre para medio millón de personas refugiadas, aumentando su ansiedad al quedar en la oscuridad sobre lo que les depara el futuro.

Por Dana Krause, Jefa de Misión de MSF en Kenia.
 
El reciente llamado de Kenia a cerrar los campos para personas refugiadas en el país, sin ofrecer soluciones alternativas, tendrá un impacto devastador en las comunidades de refugiados. Crea más incertidumbre para medio millón de personas refugiadas, aumentando su ansiedad al quedar en la oscuridad sobre lo que les depara el futuro. 
 
La decisión de cerrar los campos, incluso cuando la pandemia no muestra signos de disminuir en Kenia y la región en general, y durante un período de mayor inestabilidad y fragilidad en Somalia, es irresponsable y totalmente inhumano, despojar a los refugiados de la única opción que tienen. La gran mayoría de los refugiados y refugiadas en Dadaab son de Somalia. 
 
Sin garantizar la seguridad ni ofrecer opciones claras para las personas refugiadas, el desmantelamiento apresurado de los campos socava la dignidad de los refugiados y refugiadas, pone sus vidas en peligro y obstaculiza aún más la búsqueda de soluciones duraderas. La COVID-19 ya detuvo todos los avances hacia soluciones duraderas; el reasentamiento disminuyó drásticamente en los últimos años; mientras que los esfuerzos hacia la integración local de las personas refugiadas en Dadaab, a través del Plan de Desarrollo Socioeconómico Integrado de Garissa, se han estancado. 
 
Para los refugiados y refugiadas de Dadaab hoy, regresar a Somalia es imposible. La inseguridad sigue siendo alta en el país, mientras que la escasez aguda de agua y las condiciones de sequía continúan provocando más desplazamientos dentro de Somalia. El retorno de las personas refugiadas debe ser voluntario. 
 
Cualquier decisión que afecte drásticamente la vida de los refugiados y refugiadas debe reflejar sus deseos y aspiraciones. Como mínimo, las personas refugiadas deben tener voz en la mesa, donde se tomarán y aplicarán las decisiones sobre el futuro de los campos.
 
 

6 de diciembre de 2025

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