Tras el brote de fiebre amarilla en Angola en diciembre y la posterior confirmación de docenas de casos en la República Democrática del Congo, MSF desplegó equipos en los dos países para ayudar a contener la propagación de la enfermedad.
Tras el brote de fiebre amarilla en Angola en diciembre y la posterior confirmación de docenas de casos en la República Democrática del Congo, MSF desplegó equipos en los dos países para ayudar a contener la propagación de la enfermedad.
MSF puso en marcha medidas de control vectorial en Kinshasa y Kongo Central para combatir el mosquito Aedes aegypti, el transmisor de la fiebre amarilla. Los hogares están siendo rociados y fumigados para matar a los mosquitos adultos; y se están destruyendo los lugares de reproducción como los depósitos de basura o los artículos que contienen agua estancada, donde el mosquito pone sus huevos. Estas actividades se realizan en lugares donde se han confirmado casos y en lugares vulnerables, como hospitales, escuelas y mercados.
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