La enfermera sudafricana Annke relata cómo fueron las primeras semanas después de las manifestaciones de “La Marcha del Retorno”, cuando se unió al equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) que atiende a pacientes heridos cerca de la franja entre Israel y los Territorios Palestinos Ocupados.
La enfermera sudafricana Annke relata cómo fueron las primeras semanas después de las manifestaciones de "La Gran Marcha del Retorno”, cuando se unió al equipo de Médicos Sin Fronteras que atiende a pacientes heridos cerca de la frontera entre Israel y los Territorios Palestinos Ocupados.
"Mientras escribo este blog, estoy sentada en un pequeño balcón con vista a la ciudad de Gaza. Me encuentro en uno de los puntos humanitarios clave del mundo contemporáneo.
El personal de reclutamiento en la oficina de Johannesburgo me contactó durante un miércoles de hace unas semanas, preguntándome si estaba dispuesta a una asignación urgente en los Territorios Palestinos Ocupados para atender a las personas heridas durante las manifestaciones de "La Gran Marcha del Retorno" en Franja de Gaza.
“Por supuesto, iré”
Había empezado a empacar mi maleta el fin de semana anterior sabiendo que pronto surgiría una misión, pero no estaba segura si necesitaría empacar para el verano o el invierno.

Una vez que terminamos el papeleo administrativo, no había tiempo que perder. El lunes por la noche estaba en el vuelo y una vez que llegué a la oficina de MSF, estaba en el cruce fronterizo hacia Franja de Gaza.
El cruce fue inquietantemente silencioso después de los eventos del día anterior, el 14 de mayo. Me encontré con un encantador hombre mayor llamado Bernard, un cirujano francés. Cruzamos juntos y caminamos por el largo camino a través del "túnel" que me recordó a un pasillo de la escuela, pero con cercas de alambre en ambos lados conduciendo el camino hacía Gaza.
El proyecto de MSF al que fui asignada cuenta con cinco clínicas de cuidado de heridas que permiten a MSF atender al creciente número de pacientes que requieren atención postoperatoria para sus lesiones.
La mayoría de los pacientes que atendemos tienen heridas en sus piernas. El equipo quirúrgico de MSF también está ubicado en cinco hospitales en la Franja de Gaza para atender a los pacientes que sufrieron heridas de bala mientras protestaban en la valla.
Cada mañana me toma 45 minutos llegar a la clínica en Khan Younis y tomó mi clase diaria de árabe con el amigable conductor de MSF. Decidí que en este proyecto haré un esfuerzo mucho mayor para aprender un poco de su lengua. ¡Después de algunas semanas, hablo fluidamente con el personal y los pacientes en árabe!
La clínica es un lugar muy concurrido, repleto de enfermeras, fisioterapeutas, doctores, camilleros, conductores, vigilantes y heridos que necesitan atención.
Trabajo en dos clínicas al sur, Khan Younis and Nuseirat. Brindamos cuidados postoperatorios a los pacientes con lesiones de arma de fuego y también atendemos otros traumas y quemaduras en la comunidad local. Siempre me saludan con una sonrisa amistosa y un gesto con la mano cuando ayudo y enseño a la enfermera al realizar un procedimiento.
Las enfermeras palestinas son amistosas, compasivas, hábiles y están muy motivadas para ayudar a su población a recuperarse. La mayoría de los pacientes estarán en el programa clínico por meses, ya que la curación y la rehabilitación de las heridas de bala pueden llevar mucho tiempo.
Pronto me di cuenta de que no era hábil para tratar a los pacientes con "ex-fix" (fijadores externos) en sus piernas. Estas varillas de metal sobresalen de la pierna del paciente y mantienen los fragmentos de hueso alineados, lo que permite que el hueso se cure correctamente y le dé al paciente la función de la extremidad lesionada.
Modestamente le pedí al equipo que me enseñara cómo hacer este procedimiento específico de cuidado de heridas. Me convertí en una aprendiz y mis colegas Subbah y Asad se convirtieron en mis maestros.

Recuerdo que en la semana donde aprendí sobre fijadores externos, había un clima particularmente caluroso, ¡con temperaturas de hasta 42 grados centígrados! Durante el procedimiento, el sudor goteaba sobre mi cara y la enfermera con quien estaba trabajando secó suavemente mi frente, mientras mis manos estaban cubiertas por los guantes estériles.
Después de algunas instrucciones y excelentes consejos, ahora estoy segura de poder realizar este procedimiento de cuidado de heridas. ¡Fue una buena experiencia volver a ser estudiante!