Etiopía: construimos una clínica en Hibret, Tigray

En las zonas de conflicto, comunidades enteras a menudo tienen que huir para encontrar seguridad. ¿Pero qué ocurre cuando llegan a su destino? La Dra. Rowena Neville comparte una historia de Tigray, Etiopía.

En las zonas de conflicto, comunidades enteras a menudo tienen que huir para encontrar seguridad. ¿Pero qué ocurre cuando llegan a su destino? La Dra. Rowena Neville nos comparte una historia de Tigray, Etiopía.
 
Cuando terminamos de trabajar después de un ajetreado día en las clínicas de atención primaria de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la ciudad de Shire, nos reunimos para una breve junta. Es marzo de 2021.
 

La reunión informativa

Con la escalada de la tensión en la zona occidental, en los últimos días han llegado a esta abarrotada ciudad, un autobús tras otro con personas desplazadas. Varios miles duermen en una de las pocas escuelas primarias que quedan vacías.
 
Las personas que se instalaron en la escuela no tendrán casi ningún acceso a la asistencia sanitaria, y probablemente lleven meses sin recibirla.
 
Así que nuestro equipo de coordinación de proyectos pregunta: ¿podemos montar una nueva clínica que esté lista para abrir el lunes? Nos miramos, reímos un poco y comenzamos a planear.
 

Avanzamos cada semana

Es jueves. MSF lleva unos meses en Shire, brindando atención primaria en los campos para personas desplazadas internas de la ciudad. Hasta ahora somos una de las pocas organizaciones internacionales que lograron hacerlo rápidamente.
 
Hemos ido ampliando nuestros servicios cada semana, tratamos de mantener el flujo continuo de personas que llegan a la relativa seguridad de Shire.
 
La población a veces sólo llega con la ropa que lleva puesta, otras con un pequeño equipaje de colchones, ollas y bidones de agua. Se instalan donde pueden, en las aulas vacías de las escuelas de la ciudad.
 
Las escuelas habían sido cerradas debido a la COVID-19… algo que ahora ha sido casi olvidado en una región con demasiadas cosas en mente. Conscientes de que es probable que se siga extendiendo el virus, pero ahora sin control y sin prioridad, nuestros colegas bromean a medias diciendo que “el conflicto acabó con la COVID-19 para nosotros”.
 

Con capacidad

Empezamos con una clínica móvil en nuestra primera semana, ahora tenemos una clínica fija todos los días en los dos campos más grandes de la ciudad, y una clínica móvil que visita otros tres.
 
Los pocos centros de salud públicos de la localidad en Shire tienen dificultades para prestar servicios a los residentes actuales y no pueden hacer frente a la enorme afluencia de personas de toda la región. Los bancos están cerrados, por lo que nadie tiene dinero para comprar medicamentos o pagar la atención en centros médicos privados.
 
Sin nuestras clínicas, las personas no tendrían acceso a ningún tipo de asistencia sanitaria. También organizamos traslados al único hospital de la ciudad, al que nuestro equipo también apoya. Pero estamos al límite de nuestra capacidad, tanto con personal, suministros, equipo y espacio. Así que tenemos mucho que hacer antes del lunes.
 

Desde cero

Visitamos la escuela primaria de Hibret y descubrimos que los cobertizos de lámina en los que habíamos planeado provisionalmente ubicar la clínica, ahora están llenos de fogatas para cocinar, colchonetas y muros improvisados que delimitan a las familias. Tendremos que construir nuestra propia clínica desde cero.
 
Afortunadamente, una de las mejores cosas de trabajar con MSF es el trabajo en equipo; la diversidad de personas que componen nuestros equipos junto con su experiencia y habilidades que aportan.
 
 
 
Contamos con personal internacional de todo el mundo, muchos de ellos con décadas de experiencia en los contextos más difíciles, con personal local dedicado a la atención de sus comunidades y con un gran reconocimiento de la comunidad. Trabajando juntos, empezamos a construir una nueva clínica.
 

Todos quieren ayudar

Nuestro jefe de enfermería, con buen ojo para los detalles y con amplia experiencia en clínicas muy concurridas, saca sus bolígrafos de colores y se convierte en arquitecto, planifica hasta la ubicación de cada silla para gestionar de la mejor manera el flujo de cientos de pacientes diarios.
 
Al final del día, entrega el plan a nuestro logista que, con muchos años de experiencia en MSF, puede construir y arreglar de todo con cualquier herramienta. Se pone a trabajar con su equipo de obreros, equipados con palos de madera, láminas y energía ilimitada. Los niños y niñas del campo se ofrecen para ayudar, desesperados por tener algo que llevar. Todos quieren ayudar.
 
El equipo de agua y saneamiento (WATSAN) tiene la función de garantizar el suministro de agua potable y la gestión de los residuos en todo el campo, y se encargará de proporcionar agua limpia y baños para la clínica.
 
El equipo de epidemiología ya está ocupado registrando información de los recién llegados, identificando cualquier posible brote de enfermedad.
 
El equipo de salud comunitario incluye personal local que vive entre estas comunidades. Explican a las ansiosas y agotadas familias que la clínica estará lista pronto.
 
Nuestro equipo de farmacia se encarga de armar baúles con medicamentos, pero todos estamos conscientes de que las medicinas se nos terminarán más rápido de lo que pueden llegar los suministros. El equipo de abastecimiento trabaja con sus colegas desde Addis hacia Ámsterdam para intentar que no se agoten. 
 

Un nuevo equipo

Soy la gestora de actividades médicas, y empiezo inmediatamente otra ronda de contratación de oficiales clínicos. Estos son los trabajadores sanitarios locales que atenderán al mayor número de pacientes.
 
Muchos de los candidatos y candidatas son personas desplazadas; son muy conscientes de la necesidad médica de sus comunidades y están desesperados por trabajar.
 
 
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En una región en la que la mayoría del personal sanitario ha visto sus lugares de trabajo quemados, dañados y saqueados, si consigo organizarme lo suficiente, tendremos bastante personal dedicado y listo para trabajar el lunes.
 
Nuestro equipo de enfermería, salud mental y parteras se encuentran igualmente ocupados con pruebas y entrevistas para encontrar al resto del personal que necesitaremos.
 

Lunes

Después de trabajar todo el fin de semana, el lunes aproximadamente las 2,500 personas que se hacinan en la escuela primaria de Hibret, ya tienen una clínica.
 
Disponen de un departamento de consultas externas que puede tratar la neumonía, diarrea y malaria que sufren los niños y niñas.
 
Cuentan con una sala de urgencias básica en la que se pueden atender las heridas por traumatismos y estabilizar a quienes necesitan ser derivados al hospital.
 
También tienen un equipo prenatal que puede prestar atención y apoyo a las mujeres agotadas por el embarazo, además del desplazamiento, la escasez de alimentos y las horribles experiencias de violencia sexual. 
 
 
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Otra de las áreas de atención la integra un equipo de nutrición que proporciona alimentación suplementaria a los numerosos niños y niñas que padecen desnutrición.
 
Por último, el equipo de salud mental ayudará a las y los pacientes a procesar lo que están viviendo.
 
Tenemos una enorme sensación de logro.
 
A finales de la semana nos reunimos para otra junta. Ahora hay personas desplazadas internas en al menos tres lugares más de la ciudad… ¿puede ampliarse la clínica móvil para visitarlos? Nos miramos, reímos un poco y empezamos a planear.
 
 
 
MSF es una organización médico-humanitaria neutral e independiente que presta ayuda únicamente en función de las necesidades. MSF está presente en Etiopía desde 1984 y actualmente trabaja en siete regiones.
 
El 24 de junio de 2021, apenas unos meses después de los hechos descritos en este post, nuestros compañeros María Hernández, Yohannes Halefom y Tedros Gebremariam fueron brutalmente asesinados en la región etíope de Tigray. Nadie se ha atribuido la responsabilidad, y las circunstancias que rodearon sus muertes siguen sin estar claras. MSF ha tomado la dolorosa decisión de suspender sus actividades en Abi Adi, Adigrat y Axum, dejando un vacío en la asistencia vital para las poblaciones del centro y el este de Tigray. 
 
Más que nunca, este ataque pone de manifiesto la necesidad de que todas las partes del conflicto ofrezcan garantías de que la labor humanitaria puede llevarse a cabo con seguridad en Tigray y en el resto de Etiopía. Reiteramos nuestro llamado al Gobierno de Etiopía y a sus aliados, así como al Frente de Liberación del Pueblo de Tigray, para que realicen una investigación inmediata de las circunstancias que provocaron la muerte de nuestros colegas.
 

6 de diciembre de 2025

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