“La ofensiva terrestre declarada por Israel contra Rafah sería catastrófica y no debe continuar. Mientras continúan los bombardeos aéreos de la zona, más de un millón de personas que viven en tiendas de campaña y refugios improvisados, se enfrentan ahora a una dramática escalada de esta masacre en curso.
Ningún lugar de Gaza es seguro, y los repetidos desplazamientos forzados han empujado a las personas a Rafah, donde quedan atrapadas en una pequeña porción de tierra y no tienen opciones.
Desde el 7 de octubre de 2023, nuestros equipos médicos y pacientes se han visto obligados a evacuar nueve centros de salud diferentes en la Franja de Gaza, tras ser atacados por tanques, artillería, aviones de combate, francotiradores y tropas terrestres, o estar sujetos a una orden de evacuación. El personal médico y los pacientes han sido arrestados, abusados y asesinados. Todo esto ha tenido lugar a la vista de los líderes mundiales.
Ahora se ha vuelto casi imposible trabajar en Gaza. Todos nuestros intentos por brindar atención vital a los palestinos se han visto disminuidos por la conducción de las hostilidades por parte de Israel.
Las necesidades son abrumadoras y la situación requiere una respuesta humanitaria segura a una escala mucho mayor. Hacemos un llamado al gobierno de Israel para que detenga inmediatamente esta ofensiva y a todos los gobiernos que la apoyan, incluyendo Estados Unidos, para que tomen medidas concretas para lograr un alto al fuego completo y sostenido. La retórica política no es suficiente”.