“Es inaceptable el trato recibido por los 1,700 migrantes que han permanecido confinados en Piedras Negras durante más de una semana como si fueran animales o delincuentes”
Esta semana, más de 1,700 migrantes que intentan llegar a los Estados Unidos y que se encuentran ubicados en una fábrica abandonada en Piedras Negras, Coahuila, en la frontera entre México y Estados Unidos, se vieron impedidos para salir de la fábrica por la policía y soldados mexicanos.
Posteriormente, el gobierno mexicano subió a decenas de personas en autobuses y los transfirió a otras ciudades fronterizas inseguras, donde los migrantes pueden ser objetivo del crimen y la violencia.
El miércoles 13 de febrero, Médicos Sin Fronteras, que tiene un equipo en Piedras Negras, así como otras organizaciones humanitarias presentes, no pudieron acceder a las personas que se encuentran dentro de las instalaciones de la fábrica.
DECLARACIÓN DE SERGIO MARTÍN, COORDINADOR GENERAL DE PROYECTOS DE MSF MÉXICO
“Es inaceptable el trato recibido por los 1,700 migrantes que han permanecido confinados en Piedras Negras durante más de una semana como si fueran animales o delincuentes. No es de extrañar que hayan estallado protestas. Este trato vejatorio empeoró aún más cuando se impidió a organizaciones humanitarias y de ayuda el acceso al recinto y se inició el traslado de migrantes a otras ciudades fronterizas de gran peligrosidad”, denuncia Sergio Martín, coordinador general de proyectos de MSF en México.
Nos preocupa que las personas que todavía están atrapadas en la fábrica tengan acceso limitado a la atención médica.