En la madrugada del 28 de agosto, las fuerzas israelíes lanzaron una incursión militar a gran escala en las ciudades de Tulkarem, Jenin y Tubas, en Palestina. Se trató de la incursión más intensa desde 2002. En total, 39 palestinos murieron, según el Ministerio de Salud.
En Jenin, fueron nueve días de destrucción extrema. Gran parte de la infraestructura vial quedó destruida, así como las conexiones de electricidad y agua, sobre todo en el campo de refugiados y en el barrio oriental de la ciudad. La gente quedó atrapada y tuvo un acceso limitado a la atención sanitaria, ya que se apostaron vehículos militares delante de los hospitales y ambulancias y los trabajadores sanitarios fueron registrados repetidamente e incluso atacados. Los residentes temían que les dispararan cuando salían de sus casas.
Estas incursiones cada vez más frecuentes e impredecibles en Cisjordania están afectando gravemente la salud física y mental de las personas que viven con el temor constante de la próxima incursión.
Las actividades de Médicos Sin Fronteras (MSF) se vieron gravemente afectadas por la incursión a gran escala en Jenin. Nuestras actividades habituales de formación y salud mental se suspendieron. Durante la incursión, donamos medicamentos, pañales y leche infantil a los voluntarios que entregaban artículos básicos a las personas atrapadas en el campo. Desde que las fuerzas israelíes se marcharon el 6 de septiembre, los equipos de MSF donaron botellas y tanques de agua y reanudaron sus actividades de primeros auxilios psicológicos.
Un total de 705 palestinos han muerto y 5,700 han resultado heridos en Cisjordania desde el 7 de octubre de 2023, según el Ministerio de Salud.
Las personas que reciben apoyo psicológico informan que se sienten desesperadas y ansiosas por el miedo constante a las incursiones.