La Policía fuerza a un grupo de unos 1000 refugiados a pasar la noche en un estadio, a la intemperie y sin acceso a bienes de primera necesidad.
La Policía fuerza a un grupo de unos 1000 refugiados a pasar la noche en un estadio, a la intemperie y sin acceso a bienes de primera necesidad.
Kos, Grecia.- La situación en la isla de Kos durante las últimas dos semanas se ha vuelto completamente insostenible. Más de 7,000 nuevos refugiados, solicitantes de asilo y migrantes han llegado a la isla durante el mes de julio; el doble de los que había llegado el mes anterior. A falta de instalaciones de recepción adecuadas, la mayoría ha instalado tiendas en plazas y parques públicos de la ciudad, o están durmiendo en los alrededores de la comisaría de policía.
Todos ellos llevan sin acceso a letrinas ni duchas desde que llegaron. Desde el pasado abril, las autoridades no les han proporcionado ningún tipo de alimento (los únicos que se han encargado de ello son las organizaciones de voluntarios que se han creado en Kos) ni han habilitado ningún recinto para acogerlos; a pesar de que hay espacios de sobra para ello. Hasta ahora, la única decisión que han tomado es la de empujarles de un lugar a otro y desentenderse de ellos.


Actualmente MSF brinda atención médica en el hotel Capitán Elias, un edificio desocupado y en ruinas que no tiene electricidad y en el que cientos de refugiados están buscando asilo; dado que, en promedio, deben esperar de 10 a 15 días para ser registrados por la policía griega y recibir el documento que les autoriza a trasladarse por la isla. La mayoría ni siquiera está informada de este proceso.
MSF también está brindando consultas médicas móviles y distribuye bienes a los refugiados que se han establecido en parques y plazas públicas.

“Ocho meses después del primer llamado de MSF a las autoridades griegas para que éstas organizaran una recepción humana y decente en las islas del Dodecaneso y, específicamente, en la isla de Kos, estamos consternados de ver que el Estado griego ha fallado en llevar a cabo esta tarea”, dice Brice de le Vingne. “Aún se necesita que se designe un lugar lo suficientemente grande para recibir a todos con los estándares mínimos. Uno se pregunta qué más necesitan las autoridades griegas para ponerse a la altura de la situación, tomar responsabilidad y recibir a esta gente de forma humana y digna".
