Los equipos de MSF empezaron a llevar clínicas móviles en helicóptero a aldeas remotas en las montañas al norte de Katmandú. Muchos pueblos han sido total o parcialmente destruidos, y la gente está viviendo en refugios improvisados.
El terremoto y las avalanchas posteriores han cortado el acceso a muchos pueblos por lo que la gente está atrapada y sin salida.