Más de 11,000 personas migrantes llegaron a Panamá desde Colombia en junio de 2021, la cifra más elevada en lo que va de año y altamente inusual en un mes de plena estación de lluvias cuando cruzar la jungla tropical del Darién se hace todavía más peligrosa.
Más de 11,000 personas migrantes llegaron a Panamá desde Colombia en junio de 2021, la cifra más elevada en lo que va de año y altamente inusual en un mes de plena estación de lluvias cuando cruzar la jungla tropical del Darién se hace todavía más peligrosa.
Por ello, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha reforzado a sus equipos médicos en Bajo Chiquito, la primera población panameña a la que llegan las personas migrantes después de días de ardua caminata por las montañas y en las Estaciones de Recepción de Migrantes (ERM) de Lajas Blancas y San Vicente, donde han brindado cerca de 14,000 consultas desde el inicio de su intervención, a finales de mayo.
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La intervención de MSF cuenta ahora con 15 trabajadores entre personal médico y de enfermería, de psicología y logistas, que han posibilitado hacer frente al número de consultas médicas demandadas y que en el mes de julio sobrepasó las 6,000 consultas. La mayoría de ellas son producto de laceraciones por caídas, afectaciones cutáneas por picaduras y afectaciones en los pies, fruto de largas caminatas en terreno húmedo y embarrado.

Sólo en el mes de julio se facilitó la evacuación por urgencia médica a 14 pacientes. Además de las condiciones extenuantes de una ruta en la que hay que cruzar montañas, precipicios y atravesar ríos ahora crecidos por las lluvias, las personas migrantes continúan relatando cómo son objetivo de bandas criminales que los asaltan, roban sus pertenencias e incluso la comida que llevan para el camino. Entre ellas, 88 mujeres reportaron haber sido agredidas sexualmente al ser registradas en busca de dinero, y con frecuencia, fueron objeto de violación.
El equipo médico de MSF, además de ofrecer servicios sanitarios, también disponen de personal de psicología que atienden a las personas migrantes, afectadas por lo vivido en la selva, donde en muchas ocasiones relatan encontrarse con cadáveres de personas que han sufrido caídas mortales o se han ahogado en las crecidas de los ríos. En total, el equipo de psicología de MSF ha brindado 411 consultas individuales y 154 en grupos de salud mental.
“Seguimos siendo testigos del enorme flujo de migrantes por el Tapón del Darién, pero lo que nos indigna es seguir siendo testigos del nivel de desprotección de estas personas, que sufren ataques y agresiones sexuales en el camino. Es por ello que pedimos a los gobiernos involucrados, de Colombia y Panamá, protección para la población migrante en una ruta que sea segura”, explica coordinador de terreno de MSF en Panamá, Raúl López.