En mayo, MSF abrió un centro de tratamiento para la leishmaniasis cutánea en Peshawar, su cuarto centro en Pakistán.
En mayo, MSF abrió un centro de tratamiento para la leishmaniasis cutánea en Peshawar, su cuarto centro en Pakistán.
Hasta el momento, el centro ha admitido a más de 800 pacientes y está funcionando a plena capacidad, al igual que los otros tres centros de tratamiento de MSF: dos en Quetta y uno en Kuchlak.
Actualmente, MSF es el mayor proveedor de tratamiento para esta enfermedad en la provincia de Balochistan, en el sur de Pakistán. Por su parte, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa al norte, la clínica de MSF en Peshawar es el único centro que brinda diagnóstico y tratamiento gratuitos para pacientes con leishmaniasis cutánea en toda la región.
En la sala de espera del centro de tratamiento de Peshawar se encuentra Taj Bibi, cuya familia completa contrajo leishmaniasis cutánea después de ser picados por moscas de la arena, dejándolos con dolorosas lesiones cutáneas.
"Mi esposo, mis cuatro hijos y mi hija mayor fueron picados mientras trabajaban en una fábrica de ladrillos", dice Taj Bibi. "La mosca de la arena me picó mientras estaba en casa igual que mi hija menor, Zena. El ambiente en que vivimos está sucio y no hay saneamiento. Muchos de nuestros vecinos y sus hijos también han sido infectados ".

¿Por qué es tan difícil de controlar la leishmania cutánea?
La enfermedad afecta principalmente a personas que viven en áreas rurales, donde las condiciones de vida son precarias y el agua potable y el saneamiento son casi inexistentes. Como resultado, generalmente no se considera una prioridad de salud pública. Los principales desafíos para controlar la enfermedad en Pakistán son la falta general de conciencia sobre ella, muy pocos trabajadores sanitarios están capacitados para tratarla y hay una escasez de datos a nivel nacional sobre su prevalencia.
Además, los medicamentos no están ampliamente disponibles. El riesgo que presenta la escasez del medicamento, que debe ser importado, es una amenaza constante no solo para el buen funcionamiento de los centros de tratamiento como el de MSF, sino también para la salud de las personas que viven con la enfermedad.
Cuando Taj Bibi fue diagnosticada por primera vez al acudir con un medico local, le dijeron que no existía tratamiento para la enfermedad en Pakistán. Taj Bibi y su familia, al igual que muchos de los pacientes que eventualmente llegan a los centros de tratamiento de MSF, se dirigieron inicialmente al mercado negro debido a la falta de medicamentos disponibles en los establecimientos de salud pública en las áreas donde interviene MSF.
Los medicamentos que se encuentran en el mercado negro generalmente son de baja calidad o están desactualizados, lo que los hace ineficaces. Esto solo aumenta el sufrimiento de personas como Taj Bibi y su familia, y aumenta su sensación de abandono.
Saeepur, taxista de Peshawar
"Me duelen tanto los pies que ya no puedo conducir mi taxi, tampoco puedo comprar comida para mis hijos. Mis ahorros casi han desaparecido. Espero curarme rápidamente para poder volver a trabajar y ganar dinero nuevamente ".

Cicatrices físicas y emocionales.
Una consecuencia seria de esta enfermedad poco conocida es el sufrimiento psicológico que crea. Sus víctimas a menudo se sienten excluidas de su comunidad debido a las lesiones antiestéticas que causa, y se sienten rechazadas y avergonzadas.
Nabeela, de 11 años de edad, fue sacada de la escuela por sus padres después tras ser acosada por compañeros de clase debido a las lesiones que cubrían gran parte de su rostro. "Los otros estudiantes se burlaron de ella y la aislaron constantemente", relata el padre de Nabeela. "Terminamos sacándola de la escuela".
Después del tratamiento con MSF, sus lesiones han mejorado. "Anteriormente, había lesiones en toda la parte superior de su cara", dice su padre. "El tratamiento ha eliminado algunas de ellas".
Muchas niñas afectadas por la enfermedad temen que sus lesiones les quiten sus oportunidades de casarse. La enfermedad también causa sufrimiento físico y exclusión económica.

El taxista Saeepur Khan tuvo que dejar de trabajar debido al dolor en sus pies, dejándolo sin medios para ganarse la vida. Tiene la esperanza de que el tratamiento le permita volver a trabajar pronto.
Tratando la leishmaniasis cutánea
El único medicamento disponible actualmente para tratar la leishmaniasis cutánea es el antimoniato de meglumina, que debe inyectarse en los músculos o directamente en las lesiones, durante 20 a 35 días, dependiendo de la gravedad de la infección. Sabit, de 10 años de edad, contrajo leishmaniasis cutánea hace un año. Ahora está a medio camino de un ciclo de inyecciones y en el camino hacia la recuperación. "Las inyecciones me duelen, pero estoy feliz de poder curarme de esta enfermedad", dice Sabit.

“Creía que iba pasaría después de un año, pero no fue así. Cada vez que se hacía más pequeña, estaba feliz de que se fuera. Sin embargo, creció de nuevo muchas veces ".
La afluencia de pacientes a los centros de tratamiento de MSF es un indicador de la gran necesidad por servicios de leishmaniasis cutánea en todas las regiones afectadas. La enfermedad afecta a cientos de miles de personas, y la mayoría no pueden pagar un tratamiento.