Para los refugiados en Hamdayet, Sudán, “todos tienen hambre y todos están cansados”

Han pasado tres meses desde que Maryam* y su familia huyeron del conflicto en Tigray, Etiopía y cruzaron la frontera hacia Hamdayet, Sudán. Hace tres meses que ella y su familia tuvieron su última comida decente. Si bien los refugiados y refugiadas en Hamdayet tienen muchas necesidades insatisfechas, la preocupación por la comida eclipsa a todas las demás en este centro de recepción.

Han pasado tres meses desde que Maryam* y su familia huyeron del conflicto en Tigray, Etiopía y cruzaron la frontera hacia Hamdayet, Sudán. Hace tres meses  que ella y su familia tuvieron su última comida decente. Si bien los refugiados y refugiadas en Hamdayet tienen muchas necesidades insatisfechas, la preocupación por la comida eclipsa a todas las demás en este centro de recepción.
 
En los últimos días, la paciencia de los refugiados y refugiadas se ha agotado y las personas han comenzado a manifestarse, ya que están cansados de mendigar para recibir una comida adecuada.
 
“Si no quieren alimentarnos, deberían llevarnos con alguien que sí lo haga”, dice Maryam. “Todos los días nos dicen que la comida va a llegar y todos los días no llega. Los jóvenes protestaron para conseguir comida, pero les dicen que no es correcto y los detienen”.
 
Huyendo de la violencia en Tigray, Etiopía, más de 61,000 personas se han registrado como refugiados después de cruzar la frontera hacia Sudán desde noviembre de 2020. Desde la ciudad fronteriza de Hamdayet, muchas de ellas han sido reubicadas en Um Rakuba y Al-Tanideba, los dos campamentos permanentes en Gedaref.
 
Sin embargo, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) estiman que entre 10,000 y 12,000 refugiados y refugiadas siguen dispersos en Hamdayet y sus alrededores, sin que se les proporcione un alojamiento adecuado y sin que apenas se cubran sus necesidades básicas como agua, alimentos, mantas y saneamiento. Algunos llevan meses allí. Aunque el número de recién llegados ha disminuido significativamente en las últimas semanas, aún hay nuevas personas que llegan todos los días.
 
 

Atrapados en el limbo en Hamdayet, afecta la salud de las personas

Según las directrices del ACNUR, los campos de refugiados no deben ubicarse cerca de las zonas fronterizas por motivos de seguridad. Desde las primeras llegadas, las autoridades implementaron un lugar de tránsito en la zona fronteriza, donde las personas que llegaban se quedaban poco tiempo antes de ser trasladadas a campamentos permanentes en 72 horas. Como parte de esa estrategia, los servicios a las y los refugiados en estos lugares fronterizos se mantuvieron al mínimo, con la justificación de que los refugiados se quedarían solo unos días.
 
Brindar servicios adecuados como agua, alimentos, salud, educación, servicios sociales y un refugio adecuado para cada familia e individuo en los campamentos permanentes habría apoyado esta estrategia, al satisfacer las necesidades básicas de las personas. En cambio, la identificación y preparación de espacios apropiados para los campamentos permanentes, así como la ampliación de los servicios en ellos, han sido lentas y tardías.
 
La asistencia humanitaria en la ciudad fronteriza sigue siendo deficiente. Los refugiados y refugiadas viven en condiciones insalubres y espantosas. Esta situación está pasando factura a las personas, afectando gravemente su salud física y mental.
 
“Estas personas tuvieron que huir de una zona de conflicto, y muchas de ellas se vieron directa o indirectamente afectadas por la violencia, a menudo sin saber dónde está su familia o si todavía están vivas”, dice Crystal van Leeuwen, asesora médica de MSF Emergency. “Esta gente buscaba seguridad. La situación actual en Hamdayet solo ha creado más frustraciones, ansiedad y miedo para este grupo vulnerable y está teniendo un impacto perjudicial en su salud ”.
 
No hay un campamento adecuado, sin tiendas de campaña ni refugio. Las personas se están dispersando al azar en la zona, y varias familias viven en el mismo refugio comunal. Los afortunados han podido construirse cabañas con todos los materiales que pudieron encontrar para protegerse de las altísimas temperaturas o se refugiaron con los habitantes de la aldea local.
 
Sin embargo, muchos otros duermen al aire libre. Se han distribuido esporádicamente artículos de socorro, como mantas; por ejemplo, una encuesta realizada en enero mostró que poco más de una de cada 10 personas había recibido bidones para recolectar y almacenar agua potable. Aquellos que huyeron de Tigray solos, sin ningún familiar, no fueron elegibles para recibirlos.
 

La falta de alimentos conduce al hambre y al peligro

La falta de alimentos adecuados también es un buen ejemplo de cómo las y los refugiados luchan por satisfacer sus necesidades básicas. Los habitantes de Hamdayet reciben la misma comida todos los días, comidas calientes, que consisten en gachas de avena y lentejas. Las porciones son pequeñas y se supone que las personas reciben comida dos veces al día. A menudo no hay suficiente para todos.
 
“A veces, la comida se acaba antes de que todas las personas hayan recibido su porción”, dice Hadahra, un refugiado de 60 años en el campo temporal.
 
Mientras tanto, los refugiados buscan desesperadamente otros medios para alimentar a sus familias. Algunas personas han optado por poner en peligro sus vidas yendo y viniendo de la frontera en busca de comida, o trayendo leña de Tigray para vender en Sudán.
 
“Crucé el río hacia Humera en la región de Tigray para traer comida”, dice un refugiado en Hamdayet. "Sé que es peligroso, pero prefiero morir tratando de conseguir comida que morir de hambre".
 
 
Los equipos de MSF han estado proporcionando exámenes médicos en los pasos fronterizos de Hamdayet y atención médica básica en la ciudad tanto para refugiados como para residentes locales desde noviembre. Un examen de detección de desnutrición reciente ha indicado la escasez de alimentos y el hambre que padecen las personas. El 14% de las mujeres embarazadas y lactantes están desnutridas, un número preocupante.
 
Finalmente, esta semana, las personas recibieron raciones de alimentos secos de sorgo, legumbres, aceite y sal, y pudieron cocinar los ingredientes ellos mismos. Sin embargo, no está claro si continuarán las distribuciones de raciones para las personas que se encuentran en el limbo en Hamdayet o si los refugiados recibirán distribuciones mensuales regulares de alimentos solo una vez que estén en los campamentos permanentes.
 

Los servicios en Hamdayet deben mejorarse urgentemente

Incluso si las personas fueran trasladadas a un nuevo lugar en los próximos días o semanas, sigue siendo esencial proporcionarles un refugio aceptable, mejorar los servicios básicos y suministrar alimentos suficientes y regulares a todas las personas que lleguen a Hamdayet en los próximos meses. La ciudad seguirá siendo el principal punto de entrada para las personas que huyen del conflicto en Etiopía, mientras que la reubicación en los campamentos permanentes será imposible por varios meses durante la temporada de lluvias debido a las carreteras inaccesibles.
 
Por lo tanto, se debe desarrollar con urgencia un plan de respuesta apropiado, que incluya una configuración para que las personas permanezcan en condiciones aceptables con acceso a un refugio, agua y saneamiento, y que permita la entrega y disponibilidad de suministros adecuados.
 
“Los refugiados nunca serán reubicados dentro de las 72 horas propuestas y deben recibir la atención adecuada dondequiera que se alojen”, dice van Leeuwen. “Los servicios y la asistencia deben planificarse y proporcionarse en Hamdayet teniendo esto en cuenta. Las personas deben ser tratadas con dignidad, respeto y sus necesidades humanitarias básicas deben ser atendidas tan pronto como logren cruzar la frontera”.
 
 
 
 
* El nombre se ha cambiado para proteger la privacidad.

6 de diciembre de 2025

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