Pongan fin a la detención arbitraria de los refugiados y migrantes desembarcados en Libia

La organización médico humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras pide que se ponga fin a la detención arbitraria de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes en Libia; tras un dramático aumento en el número de personas interceptadas en el Mediterráneo por la Guardia Costera libia, apoyada por la Unión Europea, y que posteriormente han sido desembarcadas en Libia.

La organización médico humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras pide que se ponga fin a la detención arbitraria de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes en Libia; tras un dramático aumento en el número de personas interceptadas en el Mediterráneo por la Guardia Costera libia, apoyada por la Unión Europea, y que posteriormente han sido desembarcadas en Libia. 
 
Al menos 11,800 personas que viajaban a bordo de botes no aptos para la navegación en el Mediterráneo han sido devueltas a Libia en lo que va del año, de acuerdo con organizaciones de la ONU; las intercepciones en aguas internacionales entre Italia, Malta y Libia son llevadas a cabo casi todos los días. Luego del desembarco, las personas son transferidas a centros de detención no regulados a lo largo de la costa.
 
Las personas que acaban de sufrir una situación traumática de vida o muerte en el mar no deberían ser transferidas a un sistema de detención arbitraria que sea dañino y explotador", asevera Karline Kleijer, jefa de emergencias de MSF. "Muchos ya han soportado niveles alarmantes de violencia y explotación en Libia y durante sus terribles viajes desde sus países de origen. Hay víctimas de violencia sexual, tráfico, tortura y malos tratos. Entre los vulnerables se encuentran niños (a veces sin un padre o tutor), mujeres embarazadas o lactantes, ancianos, personas con discapacidades mentales o con condiciones médicas serias ".
 
Al no haber un registro formal ni una gestión de datos adecuados, no hay forma de rastrear lo que  sucede con las personas una vez que se encuentran en un centro de detención. Los detenidos no tienen la opción de impugnar la legalidad de su detención o tratamiento. Los programas de evacuación, gestionados por la Agencia de las Naciones Unidas para la Migración (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), para ayudar a los refugiados y migrantes a salir de la detención arbitraria aumentaron a finales del año pasado, pero solo ayudan a una proporción limitada de la población refugiada y migrante en Libia. 
 
 
La medida principal, facilitada por la OIM, consistió principalmente en intensificar los llamados retornos "voluntarios" de los migrantes desde los centros de detención a sus países de origen; alrededor de 15,000 personas han sido repatriadas desde noviembre. Un desarrollo positivo, cuando permite a las personas atrapadas en Libia pero que desean regresar a sus hogares hacerlo. Sin embargo, la naturaleza voluntaria de estas repatriaciones es cuestionable dado el hecho de que las personas no tienen otra alternativa formal para salir de los centros de detención. El ACNUR ha evacuado a más de 1,000 de los refugiados más vulnerables que se encontraban en detención, pero la mayoría han sido llevados a Níger, donde esperan con urgencia el reasentamiento en otros países.
 
Como resultado del aumento de las interceptaciones en el mar, los equipos de MSF en Misrata, Khoms y Trípoli informan sobre un dramático aumento en el número de refugiados, migrantes y solicitantes de asilo recluidos en centros de detención ya sobrepoblados. Recientemente, en un solo día, MSF proporcionó asistencia médica a 319 personas interceptadas en el mar y posteriormente llevadas a un centro de detención en Trípoli. La mayoría ya había sido mantenida en cautiverio por parte de los traficantes durante varios meses antes de intentar cruzar el Mediterráneo. 
 
En los alrededores de Misrata y Khoms, MSF está tratando a los detenidos que sufren quemaduras de segundo grado, sarna, infecciones respiratorias y deshidratación. En una ocasión, un grupo de personas interceptadas en el mar fueron llevadas al centro de detención sin las ropas con las que cargaban, pues habían perdido todo en el mar.
 
"En Khoms hay más de 300 personas, incluidos niños muy pequeños, encerrados en un centro de detención sobrepoblado. El calor es sofocante, no hay ventilación y hay muy poco acceso al agua potable, es agua salada mezclada con aguas residuales ", comenta Anne Bury, coordinadora médica adjunta de MSF en Libia. "La situación es insostenible en los centros de detención; es muy tensa, las personas están expuestas a abusos de todo tipo. La gente aquí está desesperada, estamos viendo detenidos con heridas y fracturas. Hay intentos de fuga, y algunas personas están en huelga de hambre ".
 
La situación actual es el resultado de los intentos de los gobiernos europeos para evitar que refugiados, migrantes y solicitantes de asilo lleguen a Europa a toda costa. Una parte clave de la estrategia es equipar, entrenar y apoyar a la Guardia Costera Libia para interceptar a las personas en el mar y devolverlas a Libia. Regresar a las personas a Libia es algo que los buques no libios no pueden hacer legalmente, puesto que el país no es reconocido como un lugar seguro. Las personas rescatadas en aguas internacionales en el Mediterráneo no deben ser devueltas a Libia, deben ser llevadas a un puerto seguro, de conformidad con la legislación internacional y marítima.
 
"Esto no puede considerarse como una solución aceptable para evitar que las personas lleguen a Europa", aseveró Kleijer. "Los refugiados, solicitantes de asilo y migrantes interceptados en el mar no deberían regresar a Libia, ni deberían ser detenidos allí arbitrariamente en condiciones inhumanas". 
 
Lee más sobre la detención arbitraria de refugiados, migrantes y solicitantes de asilo en Libia aquí.
 
 
Desde hace dos años, MSF ha estado brindando atención médica a refugiados y migrantes recluidos en centros de detención nominalmente bajo la autoridad del Ministerio del Interior y su agencia para combatir la inmigración ilegal (DCIM) en Trípoli, Khoms y Misrata.  A los detenidos no se les garantiza el acceso a la atención médica; esta es proporcionada por un puñado de organizaciones humanitarias como Médicos Sin Fronteras (MSF) o agencias de la ONU que logran tener una presencia limitada en el país a pesar de la violencia e inseguridad generalizadas. 
 
Además de proporcionar referencias vitales, los médicos de MSF tratan a los detenidos por problemas médicos causados mayormente o agravados por la falta de asistencia médica consistente y adecuada; y a las condiciones inhumanas dentro de los centros de detención. Entre estas afecciones se incluyen las infecciones del tracto respiratorio, diarrea aguda, infestaciones de sarna e infecciones del tracto urinario. Muchos pacientes tienen pensamientos suicidas y muestran síntomas de trastorno de estrés postraumático. Regularmente, MSF atiende a pacientes con afecciones psiquiátricas que requieren atención hospitalaria que a menudo está vinculada o agravada al hecho de ser detenidos en estas circunstancias.

24 de julio de 2018

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