Rawan, de Homs: “Queremos una vida normal”

©My name is Rawan, and I am from Homs, Syria. I am 20 years old, and after crossing the Aegean Sea I spent six months living in Katsikas military camp in Greece with my husband Muammar and our two children. Fadia, my daughter, was two years old, and my boy Ahmed was six weeks old when we were in the camp. Thankfully, in September 2016, we were all moved to a hotel in Patras, Greece, which is much better for us of course. Still, I feel trapped here. Our living conditions are better now because we live in a room, not a tent, and there are no snakes or scorpions. But I am looking for stability for my family and me. My children need a future. They need an education.my daughter is 3 years old now, I don’t want my daughter to grow up thinking that life is just about playing. She should start to learn. We’ve been in Greece for a year and we’re dying to have a normal life. I want my husband to go to work, and I want to be in control of my life. Of course we’re grateful for the safety we have here, but we miss having a home, like normal people. The difficulty does not know. If the authorities just told us, for instance, that we had to be in Greece for another year, then I’d be happy. But no one can live this way; in a room, without knowing what the future holds. I really want to just have my freedom back, to be allowed to lead a normal life. We’re really tired. Syria is unsafe and there’s no life for us here. What can we do? Our dreams have been destroyed. When I was in Homs I was studying to be a hairdresser but the war shattered my plans. I thought maybe I could be a hairdresser in Europe, but it seems there’s no future for us here either. There’s no place for us to go. We’re stuck in time here. And every day that passes in Greece feels like a year. We’ve lost count of the days here, out of sadness and despair.

Rawan, una joven siria de Homs, cruzó el mar Egeo para llegar a Europa. Tras pasar seis meses en el campo militar griego de Katsikas con su marido y sus dos hijos (uno de los cuales nació allí), fueron trasladados a un hotel en la ciudad de Patras. Siguen bloqueados. Aquí cuenta su historia.

Rawan, una joven siria de Homs, cruzó el mar Egeo para llegar a Europa. Tras pasar seis meses en el campo militar griego de Katsikas con su marido y sus dos hijos (uno de los cuales nació allí), fueron trasladados a un hotel en la ciudad de Patras. Siguen bloqueados. Aquí cuenta su historia.
 
Mi nombre es Rawan y soy de Homs, Siria. Tengo 20 años y después de cruzar el mar Egeo he pasado seis meses viviendo en el campo militar de Katsikas, en Grecia, junto a mi marido Muammar y nuestros dos hijos. Fadia, mi hija, tenía dos años y el pequeño Ahmed apenas siete semanas cuando llegamos al campamento. Afortunadamente, en septiembre de 2016, nos trasladamos a un hotel en Padras, donde estamos mucho mejor, por supuesto.
 
Aun así, todavía me siento atrapada aquí. Nuestras condiciones de vida son mejores ahora porque vivimos en una habitación, no en una tienda, donde no hay serpientes ni escorpiones. Pero estoy buscando estabilidad para mi familia. Mis hijos necesitan un futuro, una educación. Mi hija ahora tiene 3 años y no quiero que crezca pensando que su vida consistirá solo en jugar; tiene que empezar a aprender.
 
 
Llevamos en Grecia un año y nos morimos por tener una vida normal. Quiero que mi marido vuelva a trabajar y quiero volver a tener el control de mi vida. Por supuesto que estamos agradecidos por la seguridad que tenemos aquí, pero echamos de menos tener una casa como la gente normal.
 
Lo más difícil es no tener información, no saber. Si las autoridades nos dijesen, por un momento, que tendríamos que pasar en Grecia un año más, estaría feliz. Pero nadie puede vivir de esta manera; en una habitación, sin saber el futuro que le espera. Me gustaría tener de vuelta mi libertad y tener la capacidad de dirigir una vida normal. Estamos realmente cansados. Siria no es segura y no hay vida para nosotros allí, ¿qué podemos hacer? Han destruido nuestros sueños.
 
Cuando estaba en Homs estudiaba para ser peluquera pero la guerra arruinó mis planes.
 
No tenemos otro sitio a donde ir. El tiempo se ha detenido aquí. Y todos los días que pasan en Grecia parecen que fueran años. Hemos perdido la cuenta de los días debido a la tristeza y a la desesperación.
 

LEER MÁS

 

 

31 de marzo de 2017

Compartir

Conoce más

Relacionado
Relacionado
Relacionado
Relacionado