Los equipos de MSF se preparan para distribuir kits de higiene y utensilios de cocina a 560 familias que perdieron sus refugios durante el incendio del 10 febrero en el campo para personas desplazadas.
Bangui – Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) están preparando la distribución de kits de higiene y utensilios de cocina para 560 familias que perdieron sus refugios en un incendio que sucedió el 10 de febrero en el campo para personas desplazadas en Batangafo, República Centroafricana.
El campo alberga a unas 30,000 personas y sigue siendo uno de los más grandes en el país. Cinco personas fueron heridas en el incendio y recibieron tratamiento en el hospital gestionado por MSF en la ciudad.
Dos días después del incidente, aún no hay una respuesta adecuada por parte de los actores humanitarios presentes en el área. Para las familias que perdieron sus refugios, así como para la mayoría de las personas desplazadas que viven desde hace más de un año en el campo, regresar a casa no es una opción debido al riesgo de ser atacados por hombres de la milicia armados
El campo ha albergado a cientos de miles de personas desde que los enfrentamientos armados y violencia por parte de diferentes milicias forzaron a la mayoría de la gente en la ciudad de Batangafo a abandonar sus hogares y buscar protección en espacios abiertos entre el hospital y la sede de los Cuerpos de Paz Internacionales. La gente que huye de la violencia en otras partes de la región también fue hacia Batangafo buscando protección.
La violencia y robos contra la población civil no han cesado, y algunos enfrentamientos del pasado noviembre forzaron a miles de personas a buscar protección dentro de las instalaciones del hospital. Durante estos sucesos, unos 700 refugios fueron incendiados intencionalmente por los atacantes.
“Esta situación muestra, otra vez, la extremadamente precaria situación en que viven miles de centroafricanos”, dice Miroslav Ilic, líder de la misión de MSF en el país. “Las familias están viviendo con casi nada y temen por sus seguridad básica diariamente. La crisis humanitaria en este país está lejos de terminar”, agregó. Cerca de 450,000 centroafricanos siguen estando internamente desplazados, mientras que un número similar ha huido del país buscando refugio.
Durante las últimas semanas, han estallado varios incendios en el área, probablemente relacionados al clima tropical cálido y seco que es típico de esta temporada en la República Centroafricana, que también provocó un incendio accidental en las instalaciones de MSF en Batangafo hace dos semanas.

MSF trabaja en la República Centroafricana desde 1997, y actualmente tiene más de 300 integrantes de personal internacional y unos 2,000 locales contratados en el país. Desde diciembre de 2013, MSF duplicó su nivel de atención médica como parte de su respuesta ante la crisis, tiene 17 proyectos en el país, y también ha realizado seis intervenciones para ayudar a los refugiados centroafricanos en los países vecinos de Chad, Camerún y la República Democrática del Congo.
En Batangafo, MSF gestiona el hospital general (de 165 camas) y apoya a cinco centros médicos localizados a las afueras de la ciudad. En 2015, se realizaron cerca de 75,000 consultas y 7,300 pacientes fueron admitidos al hospital. En el campo para personas desplazadas, MSF realizó varias actividades médicas, como una campaña de vacunación contra el sarampión y la neumonía a unos 12,000 niños.