República Democrática del Congo: Numerosos actos de violencia sexual fueron cometidos por hombres armados en Kasai

©"I was at home with my husband that day. It was during the violence and fighting. We heard screams outside and neighbours crying. “I think they’ve killed someone,” my husband said. So we shut ourselves inside. We didn’t want to open the door. Armed men threw tear gas through the window to force us out. Eight people came into our home. They threatened to kill my husband and tried to force him to rape our daughter. She was 17. He refused and they murdered him. Then they raped our daughter, and me. When they left, I hid in the forest next to the village with my children. I didn’t sleep or eat. For a year, before coming to the clinic, I was terrified by the thought that I could have HIV. When I went back to Kananga – my father was very sick so I decided to return with my children – I went to see MSF at the hospital where they looked after victims of sexual violence. They examined me and told me that I didn’t have HIV." // "J’étais à la maison avec mon mari ce jour-là. C’était pendant le conflit et les affrontements. Nous avons entendu des cris de dehors et les voisins qui pleuraient. Mon mari m’a dit : « je crois qu’ils ont tué quelqu’un ». Nous nous sommes alors enfermés dans la maison et n’avons pas voulu ouvrir la porte. Des hommes armés ont lancé du gaz lacrymogène par la fenêtre pour nous obliger à ouvrir. Huit personnes sont entrées dans la maison. Ils ont menacé de mort mon mari et l’ont obligé à violer notre fille de 17 ans. Il a refusé et ils l’ont tué. Ensuite, ils ont violé notre fille, et moi aussi. Quand ils sont partis, je suis partie dans la forêt, à côté du village, avec mes enfants. Je ne dormais pas et ne mangeais pas. Pendant un an, avant que je ne vienne à la clinique, j’étais très angoissée à la pensée d’avoir peut être contracté le VIH. Mais quand j’ai dû rentrer à Kananga – mon père était très malade et j’ai donc décidé de m’y rendre avec mes enfants. Je me su

Entre mayo de 2017 y septiembre de 2018, la organización médico-humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) atendió a 2,600 víctimas de violencia sexual en la ciudad de Kananga, en la provincia de Kasai Central, en la República Democrática del Congo (RDC). El ochenta por ciento de los atendidos reportaron haber sido violados por hombres armados.

Kinshasa, 1 de noviembre de 2018 – Entre mayo de 2017 y septiembre de 2018, la organización médico-humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) atendió a 2,600 víctimas de violencia sexual en la ciudad de Kananga, en la provincia de Kasai Central, en la República Democrática del Congo (RDC). El ochenta por ciento de los atendidos reportaron haber sido violados por hombres armados.

 

"Estas cifras son un indicio del alto nivel de violencia que ha persistido desde el año pasado", asveró Karel Janssens, jefe de misión de MSF en la República Democrática del Congo. "Los impactantes testimonios que hemos escuchado a diario de los sobrevivientes describen cómo las vidas y comunidades de las personas han sido destrozadas, haciéndoles difícil el poder reconstruir sus vidas y seguir adelante.”

 

Los equipos de MSF brindan atención psicológica en sesiones grupales e individuales a los pacientes más traumatizados. Entre marzo y septiembre de este año, 835 personas se beneficiaron de las consultas individuales. La mitad de ellos informó que al menos un miembro de su familia había sido asesinado o que sus casas y pertenencias habían sido saqueadas o destruidas. Uno de cada diez mencionó haber presenciado directamente un asesinato u otro acto de violencia.

 

De las 2,600 personas tratadas por MSF desde mayo de 2017, 32 eran hombres, algunos de los cuales informaron haber sido obligados, a mano armada, a violar a integrantes de su propia comunidad. Otros 162 eran niños menores de 15 años, incluyendo 22 menores de cinco años.

"La protección para las víctimas, sean niños o adultos, y la asistencia socioeconómica siguen siendo desafíos clave, debido a la limitada disponibilidad de servicios apropiados", explicó Fransisca Baptista de Silva, coordinadora del proyecto de MSF en Kananga.

 

Las cifras anteriores probablemente revelan solo una parte del problema. Los equipos de MSF comenzaron a brindar atención a las víctimas de violencia sexual en mayo de 2017, más de un año después del inicio de la crisis en Kasai, y con un enfoque en las actividades quirúrgicas para pacientes con traumatismos. En septiembre de 2017, en respuesta a las necesidades evidentes, MSF adaptó sus actividades para enfocarse de forma particular en el tratamiento de las víctimas de violencia sexual. La promoción de la salud a nivel local ha aumentado el número de pacientes, y MSF ahora brinda atención a una media de más de 200 pacientes mensualmente.

 

Sin embargo, es preocupante que tres de cada cuatro de las víctimas tratadas por MSF solo se presentan para recibir atención un mes o más después de su ataque. La mayoría explica que no estaban al tanto de la disponibilidad de la atención gratuita, o que carecían de los medios para viajar a los centros que ofrecen dichos servicios. Sin embargo, la atención oportuna a las víctimas de violencia sexual dentro de las 72 horas posteriores a la violación, es una necesidad médica, especialmente para garantizar una protección eficaz contra las infecciones de transmisión sexual, como el VIH.

 

Médicos Sin Fronteras ha estado trabajando en la República Democrática del Congo desde 1977 y actualmente brinda atención médica a víctimas del conflicto y de la violencia, a personas desplazadas y afectadas por epidemias o pandemias como el cólera, el sarampión y el VIH / SIDA. Durante varias décadas, MSF también ha estado en la primera línea de la respuesta a los brotes de Ébola en la RDC.

MSF trabaja en la región de Gran Kasai (en las provincias de Kasai y Kasai Central) desde 2017, brindando atención de emergencia gratuita a las víctimas de la violencia en curso. En 2017, los equipos de MSF brindaron más de 6,300 consultas a víctimas de violencia sexual en 17 sitios en todo el país.

 

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