En los últimos años ha aumentado sostenidamente la cantidad de personas forzadas a huir de sus hogares. Según la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), por primera vez desde que se tienen registros esta cifra ha sobrepasado los 100 millones, un número equivalente a las poblaciones de Vietnam o Egipto.
México y América Central han sido uno de los principales escenarios de estos flujos migratorios masivos. Se estima, según las cifras de ACNUR, que al cierre de 2021 más de un millón de personas se habían desplazado por cuenta de la violencia, los conflictos sociales, el cambio climático y las consecuencias de la pandemia de COVID-19. Aunque el destino principal son los Estados Unidos, muchas personas han decidido iniciar su solicitud de asilo en otros países como México y Guatemala.
Debido a las políticas hostiles hacia la migración que predominan en la región, durante el trayecto las personas se enfrentan a múltiples restricciones, inseguridad, violencia y escasa asistencia humanitaria. Desde hace más de 10 años, Médicos Sin Fronteras (MSF) identificamos estas necesidades en la ruta y estamos interviniendo actualmente para aliviar el sufrimiento de esta población en Panamá, Honduras, Guatemala y México; priorizando la asistencia a los grupos más vulnerables.
En distintos puntos de la ruta migratoria los equipos de MSF brindan servicios de salud física y mental, promoción de la salud, trabajo social y agua y saneamiento a las poblaciones en movimiento, de forma gratuita, confidencial e independientemente de su estatus legal. En MSF denunciamos las consecuencias humanitarias de las actuales políticas migratorias y abogamos por que estas personas tengan un trato digno y seguro durante su viaje. Hoy, por medio de un recorrido fotográfico, te mostramos algunas de nuestras actividades en la región.
Panamá
En Panamá, MSF inició actividades en 2021 en el pueblo de Bajo Chiquito, una comunidad de llegada de personas migrantes cerca de la selva del Darién, frontera selvática con Colombia. En este punto de la ruta migratoria son evidentes las necesidades médicas por los altos casos de violencia sexual, enfermedades de la piel, del sistema digestivo e infecciones respiratorias, puesto que las personas pueden estar de 5 a 10 días cruzando la selva por tierra y agua.
La atención en salud mental también es necesaria y urgente. Los equipos han identificado situaciones de estrés agudo, episodios depresivos, reacciones ansiosas, duelos relacionados por muertes de familiares durante el camino y por presenciar diferentes eventos de violencia. Por otro lado, el equipo logístico trabaja en las mejoras de las infraestructuras de salud y asesoramiento en materia de agua y saneamiento.

Actualmente, los equipos de MSF trabajan en la Estación de Recepción Migratoria de San Vicente ante la gran afluencia de personas migrantes. Allí se han identificado altos índices de víctimas de violencia sexual que no reciben atención oportuna dentro de las 72 horas después de la agresión y pacientes que no reciben ningún tipo de atención médica.

Honduras
En Honduras, MSF inició actividades con población en movimiento a principios de 2021, cuando realizó una intervención de emergencia durante la gran caravana de hondureños y hondureñas que salió desde la ciudad de San Pedro Sula hacia los estados Unidos. Los equipos multidisciplinarios se ubicaron en una terminal de autobuses y proporcionaron kits de higiene, material informativo de la ruta migratoria, consultas médicas y de salud mental.
Las actividades con los equipos móviles de MSF en Tegucigalpa se han ido adaptando a partir del aumento de las necesidades y la crisis humanitaria que se genera por los altos flujos de personas en movimiento que enfrentan restricciones legales para circular por el país y no reciben atención adecuada por parte de las instituciones. En Trojes, un punto fronterizo entre Honduras y Nicaragua, se realizó una intervención de emergencia por tres meses. El proyecto de MSF en Tegucigalpa hace monitoreo de la situación en tres puntos fronterizos del país.

Los equipos móviles de MSF en Tegucigalpa se dividen para realizar actividades comunitarias en una clínica adaptada cerca de la estación de autobuses de la ciudad de Comayagüela. Otro equipo se moviliza a las ciudades Danlí o Trojes (puntos fronterizos con Nicaragua), o Choluteca (punto fronterizo con El Salvador). Estos equipos buscan aliviar las necesidades médicas y de salud mental identificadas en las personas que están en tránsito, también brindarles información sobre servicios a lo largo de la ruta migratoria. También brindan apoyo de agua y saneamiento en un albergue ubicado en Danlí.

Guatemala
En el último trimestre de 2021, MSF inició intervenciones en tres puntos fronterizos entre Guatemala y México. Los proyectos, ubicados en las comunidades de Nentón, Tecún Umán y Gracias a Dios, tienen como objetivo dar asistencia médico-humanitaria a las personas movimiento y a quienes han sido retornadas desde Estados Unidos y México.
A partir de las necesidades, equipos interdisciplinarios de MSF trabajan para brindarles atención médica, psicosocial y de promoción de la salud. Se les ofrece agua y mapas con la ruta migratoria con números telefónicos donde pueden pedir información y ayuda. En estos puntos se sensibiliza sobre los riesgos y la exposición a la violencia sexual.

En Nentón y Tecún Umán, se brindan consultas en salud primaria, atención psicológica, actividades comunitarias, promoción de la salud y orientación en trabajo social, entrega de agua potable y coordinación con otras entidades presentes.

México
Las actividades en México con la población migrante comenzaron en 2010 en la frontera con los Estados Unidos. Los proyectos se han adaptado a los múltiples cambios del contexto en el territorio mexicano como el aumento de la violencia en el tránsito y el surgimiento de las caravanas migrantes, entre otros.
Los proyectos de MSF en México apoyan a las personas migrantes y refugiadas en Ciudad Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Coatzacoalcos, Tapachula, Tenosique, Salto de Agua, Veracruz, Tamaulipas, Reynosa y Matamoros. Los equipos buscan mejorar el acceso a atención psicológica, médica y humanitaria, priorizando a las personas más vulnerables en albergues, campamentos improvisados, y otros espacios donde se concentra la población migrante.

En la Ciudad de México, MSF ofrece atención multidisciplinaria, médica, de salud mental y trabajo social en el Centro de Atención Integral a personas víctimas de violencia extrema, tortura, tratos inhumanos, crueles y degradantes. Allí gestiona servicios médicos especializados para garantizar una atención integral que permita la completa rehabilitación de las y los pacientes. También desplegó un proyecto de emergencia para brindar orientación y servicios de salud mental a las personas migrantes y solicitantes de refugio a las afueras de la Comisión de Ayuda al Refugiado (COMAR).
