Siria: “Esperábamos que sucediera un ataque”

El relato de un hospital sirio bajo ataque

El Hospital Hama Central/Sham era un importante centro de referencias en el sur de Idlib y en el norte de la gobernación de Hama, en Siria, que fue apoyado por Médicos Sin Fronteras con donaciones regulares de medicamentos y suministros médicos. El director del hospital habló con MSF en miércoles 27 de septiembre de 2017 sobre las circunstancias y consecuencias del bombardeo a su hospital. Nos pidió que no publicáramos su nombre. Este es su relato y petición al mundo.
 
 “Nuestro hospital abrió en 2012, a las afueras de Hama. Era un lugar pequeño, sólo tenía un quirófano y una sala de recuperación. No estaba muy desarrollado como hospital y la mayoría de su financiamiento y apoyo venía de la comunidad. Nuestro objetivo principal en ese momento era atender heridas relacionadas con la guerra, a personas heridas debido a los disparos y los ataques aéreos. Fue golpeado dos veces por proyectiles y quedó destruido en 2013.
 
Todo el personal tuvo que mudarse a otro lado, así que establecimos una nueva instalación más grande que realizaba diversas cirugías especializadas y tenía más capacidad para lidiar con una afluencia mayor de pacientes. El hospital fue golpeado tres veces, el último ataque (en 2014) lo dañó totalmente.  
 
Después de ese ataque, el personal y yo nos trasladamos a un hospital subterráneo para seguir trabajando y fuimos apoyados por MSF. Mientras trabajábamos allí, el personal sanitario y los médicos en el área estaban totalmente dispuestos a construir un hospital más adecuado. Compramos el terreno y con el apoyo de distintas ONG comenzamos a construir una instalación subterránea para protegernos. Lo construimos como un sótano, tres pisos bajo del nivel del suelo, y tenía todos los servicios que un hospital puede brindar.
 

Hospitales concurridos y frágiles

 
Trabajamos en este hospital por más de seis meses brindando una ayuda vital a las personas en el área. En promedio estábamos atendiendo a unos 6,000 pacientes y realizando unas 500 cirugías de todo tipo cada mes. Pero el año pasado, en 2016, el lugar fue golpeado por un ataque aéreo y fuimos obligados a regresar al hospital subterráneo mientras el lugar era reconstruido. Sin embargo, éste también fue golpeado y uno de nuestros compañeros murió en el ataque. Decidimos regresar al hospital sótano al mismo tiempo que se realizaba la reconstrucción.
 
Durante la mañana del martes 26 de septiembre, alrededor de las 6:30 am, el hospital y sus alrededores fueron golpeados por tres misiles. Uno de ellos impactó y explotó en el piso superior y viajó hasta el piso, destruyendo el equipo y dañando el quirófano, la sala de rayos X y las salas de cuidados intensivos. 
 

Víctimas masivas

 
Afortunadamente estábamos preparados porque esperábamos que sucediera un ataque. Una semana antes hubo un aumento en el número de ataques, mismos que destruyeron tres hospitales el mismo día. Como todos esos hospitales quedaron fuera de servicio y otros cerraron por miedo a ser bombardeados, éramos el único hospital en la región que recibía pacientes. En los últimos días estábamos recibiendo un constante flujo de víctimas masivas. La ciudad de Qalaat al-Madiq fue atacada y el primer día recibimos 60 heridos al mismo tiempo, el segundo día recibimos a 50.
 
Recibimos a niños y ancianos entre los heridos, el más pequeño tenía alrededor de un año y el más grande tenía más de 70. Un bombardeo no discrimina entre un niño o un anciano, ni entre un hombre y una mujer. A lo largo de nuestros 5 años de trabajo nos acostumbramos a situaciones de víctimas masivas y a lidiar con estas grandes afluencias de pacientes; al igual que nos acostumbramos a los triajes para saber cuáles pacientes pueden salvarse y cuáles no. 
 

Las dos cosas más importantes

 
Desde mi perspectiva como el director de un hospital en este contexto, las dos cosas más importantes para mí son el recibir a los pacientes y asegurarnos de que sean atendidos; y proteger a mi equipo. No puedes imaginar qué se siente recibir a 50 heridos cuando sólo tienes a 30 personas como parte de tu equipo. En teoría necesitas a 150 personas para atender a 50 heridos. Por lo tanto, debes estar preparado y asegurarte de que todos estén motivados y listos, y también debes tener una red para poder comunicarte con tu personal durante una emergencia. Después debes asegurarte de que salgan inmediatamente del hospital una vez que terminan su trabajo, pues ya no es seguro pasar demasiado tiempo en un hospital. 
 
En estas circunstancias es natural estar cansado, pero salvar vidas es lo que nos motiva a seguir trabajando. Al final del día, cuando ves que has salvado de la muerte a tus pacientes, te sientes aliviado y feliz. Salvar una vida no es sencillo. Este es el sentimiento que más prevalece, no sólo entre los médicos y enfermeras, sino entre todo el personal del hospital.
 
Pero ahora nuestra instalación está fuera de servicio. Necesita ser reconstruida y queremos pedir a las organizaciones que nos apoyen en su rehabilitación. 
 

Bombardeado más de 10 veces

 
También esperamos que haya negociaciones en curso que puedan poner fin a los ataques aéreos. En nuestra experiencia, y de acuerdo a mis cuentas, hemos sido golpeados por más de 10 bombardeos aéreos a lo largo de las varias etapas por las que ha pasado el hospital desde su creación en 2012.
 
En general la provisión de atención médica en el área es muy limitada en términos de servicios e infraestructura. Esto era una realidad incluso antes de la guerra y, ahora que añadimos este componente a la ecuación, la atención está menguando terriblemente. Esto provoca que el personal se vaya, especialmente durante los últimos meses, y no sabemos qué depara el futuro. Todo está relacionado con la política y la guerra, pero nuestro trabajo es continuar tratando a nuestros pacientes lo mejor que podamos.
 
Aún tengo esperanza. Parafraseando un poema: ‘¿qué es un ser humano sin esperanza?’. Hay esperanza, pero las personas tienen necesidades inmensas. Piensan todo el tiempo en no morir y en cómo ganar un salario para poder sobrevivir.
 
No sé cuál es mi mensaje para el mundo. Nuestros mensajes han sido enviados muchas veces y durante mucho tiempo no ha cambiado nada. Lo más importante que tengo que decir es que las primeras víctimas de la guerra son los niños y los civiles en general. Permitan que esta guerra termine. Dejen que tengamos vidas normales.” 
 
Nota: MSF había estado apoyando al hospital Hama Central/Sham con donaciones médicas regulares desde 2014, a pesar de no ser la principal organización de soporte. MSF opera directamente cuatro instalaciones de salud y tres equipos móviles en el norte de Siria, tiene asociaciones con cinco instalaciones y proporciona apoyo a distancia a 73 centros de salud en todo el país, en áreas donde MSF no puede estar directamente presente. No hay personal de MSF en las instalaciones apoyadas por la organización. Las actividades de MSF en Siria no incluyen áreas controladas por el grupo EI, puesto que no se han obtenido garantías de seguridad e imparcialidad de sus líderes, así como tampoco MSF puede trabajar en áreas controladas por el gobierno ya que a pesar de haber solicitado permiso no se ha concedido el acceso. Para asegurar la independencia de presiones políticas, MSF no recibe fondos de gobierno para realizar su trabajo en Siria.
 

5 de diciembre de 2025

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