Tongolo: un espacio para hablar de todo

En la República Centroafricana, el equipo de asesores y asesoras de MSF brinda asistencia a las personas sobrevivientes de violencia sexual, y les ayuda a encontrar la fuerza interior que tal vez no saben que tienen.

En la República Centroafricana, el equipo de asesores y asesoras de MSF brinda asistencia a las personas sobrevivientes de violencia sexual, y les ayuda a encontrar la fuerza interior que tal vez no saben que tienen. Así lo cuenta nuestra compañera Gisela: 
 
– “No sé cómo ayudar a esta paciente. Ya hemos tenido algunas consultas y no veo ninguna mejoría en su estado emocional. Todavía se siente como el primer día", me dice una de las consejeras de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el Centro Tongolo, en la República Centroafricana.
 
– “Si ella se siente cómoda con eso”,  le digo, “acudiré a su sesión y podemos analizar la situación juntas”.
 

Valentía

Esta mujer profundamente triste sobrevivió a una agresión sexual, pero contrajo una infección de transmisión sexual (ITS). Se preocupa en exceso, piensa mucho. Por la noche, no puede dormir porque está aprisionada por sus pensamientos del pasado.
 
– "Estoy aquí, sola con mi hijo, y me da miedo mi futuro".
 
– "Señora, el simple hecho de despertar cada mañana y seguir buscando ayuda es valiente".
 
– "No, ya no tengo valor. Solo pienso, si tan solo …"
 
La incertidumbre en las palabras de esta mujer era obvia. A veces las personas sobrevivientes no se dan cuenta de cuanto esfuerzo hacen para superar la situación porque antes todo era mejor.
 

Esperanza y parálisis

En nuestra sesión describimos lo que sucedió como un “terremoto”, porque todo cambió dramáticamente en su vida luego de lo que vivió. Nada de lo que conocía antes es igual y, sin saberlo, está buscando una manera de reconstruir su vida.
 
Pero a veces la esperanza se fija expectativas imposibles: que la enfermedad desaparezca, que ella pueda olvidar lo sucedido.
 
La esperanza que tuvo durante unos meses después del traumático suceso la hizo retroceder. En el silencio de la noche, en sus pensamientos y en sus días, vivió esta esperanza. En su cabeza, todo era posible. "Si tan solo…"
 
Sin embargo, eso le impide seguir viviendo, a pesar de que tiene la fuerza y ​​la capacidad dentro de ella. Quedarse detenida en sus pensamientos es una forma lógica de soportar su tragedia diaria. Pero para ayudarla a salir de esta parálisis, debemos activar sus recursos concretos en el aquí y ahora.
 

Su propia historia, sus propios recursos

Nuestro papel es estar atentos a lo que dice. Todo lo que se dice en el espacio terapéutico forma parte de un análisis global que permite elegir los medios para que ella se ayude a sí misma desde su propia historia y sus propios recursos.
 
– “Recibí un kit de dignidad la semana pasada. Me ayudó porque había muchos artículos de higiene, ropa y jabón para bañar a mi bebé".
 
– "¿Ya bañó a su hijo con el jabón del kit?"
 
– "Sí, lo hice. Lo pasamos muy bien juntos. Mi hijo se rió mucho, luego estuvo limpio y olía muy bien".
 
Esta paciente nos habló de un momento de su día. Nos tomamos el tiempo para escucharla, para asegurarle que este momento con su bebé fue precioso, que a pesar de todo lo que ha sucedido, todavía tiene grandes cosas que vivir y compartir.
 
Aun sintiendo una profunda tristeza, comenzó a sonreír … un momento precioso en medio de toda la incertidumbre por la que estaba pasando.
 

Un espacio diferente

– "Sigo viniendo porque aquí puedo hablar de todo sin sentirme juzgada, eres muy empática conmigo. Aquí me entiendes. Me sentí culpable por dejar a mi hijo con el vecino solo para venir a hablar, pero hablar me hace sentir muy bien".
 
El trabajo de salud mental va más allá del papel de dar consejos. Se trata de escuchar lo que expresa la persona, lo que es importante para ella. Aquí nuestra escucha es compasiva y activa. No es fácil dejar a un lado nuestro equipaje personal y prestar toda nuestra atención durante la terapia.
 
Escuchar no es solo escuchar … para nosotras es hacer conexiones, integrar el habla y la teoría, dominar nuestro lenguaje corporal y verbal, estar con todos nuestros sentidos en el aquí y ahora, para permitir a las personas sobrevivientes tener un espacio diferente que les ayude a sanarse a sí mismas.
 

Vida y fuerza

Al finalizar la consulta le dije a la asesora: "Este es tu trabajo, esta es la mejora para la paciente, ella sigue viniendo a pesar de sus dificultades. Este espacio para ella significa hablar sin ser juzgada, cuidarse a través de discusiones contigo… Hoy compartió con nosotros cómo bañó a su bebé, ya no habló de su agresión, logró recuperar un poco de la alegría de vivir”.
 
En este trabajo con sobrevivientes de violencia sexual y basada en género, debemos encontrar aquellas grietas por las que podemos deslizarnos para ayudarlas a seguir viviendo. Sabemos que mientras las  personas sobrevivientes sigan viniendo a nosotros, podemos apoyarlas.
 
Lamentablemente, no podemos cambiar su difícil realidad, pero podemos ayudarles a ver las cosas de diferentes maneras. Podemos hacerles saber que están rodeadas de personas que se preocupan por ellas y que hay vida,  hay fuerza, hay algo más allá de su trauma.
 
 
 
*Los nombres han sido cambiados u omitidos, así como los datos que permitan identificar a nuestras pacientes.

15 de abril de 2021

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