El anuncio de un posible alto al fuego en Gaza, que todavía no se ha firmado ni implementado, es un respiro vital, aunque llega trágicamente tarde, tras inmensos sufrimientos e incontables vidas perdidas.
Mientras esperamos su aplicación, pedimos que este frágil alivio sea algo más que una pausa, para que las personas puedan reconstruir sus vidas, recuperar su dignidad y llorar a los muertos y todo lo que se ha perdido. Es necesario que cesen los bombardeos israelíes y que se incremente urgentemente la ayuda humanitaria para atender las catastróficas necesidades humanitarias y médicas de la población. Aunque el alto al fuego debe respetarse y ser duradero, es sólo el primer paso para abordar las abrumadoras necesidades humanitarias, psicológicas y médicas de Gaza.
Instamos a todas las partes a que garanticen que la ayuda humanitaria llegue ya a la población de toda la Franja.
